En estas épocasdifíciles buscamos crear un circulo de empatia en donde mostremos la calidad humana de todos los Quiteños y la capacidad de resiliencia cuando nos unimos por el bienestar de nuestra hermosa ciudad.
Reinar significa comprender la problemática de mi ciudad e involucrarse con los capitalinos para conocer sus necesidades y aportar con un grano de arena.
¡Esto no es solo un trabajo de un año, pero es el comienzo de una bella aventura a favor de los grupos más vulnerables, de los ciudadanos y de mi linda ciudad!
Dios me dio la maravillosa oportunidad de ser electa Reina de Quito, una gran bendición y un gran compromiso de trabajar en la búsqueda de cambios en la sociedad.
Después de todas estas experiencias maravillosas puedo decir con seguridad que la Fundación Reina de Quito se convirtió en mi segundo hogar y las ex-reinas en una familia.
Quito me abrió sus puertas con una enorme sonrisa y quedo eternamente enamorada de cada rincón que conocí. pero sobre todo rodeada de la gente tan cálida con la que crecí.
La mejor experiencia de mi vida, fue el regalo más hermoso que me dio la corona de Reina de Quito, envuelto con mucho cariño, para que yo lo aprecie y lo devuelva con todo mi amor.
Ser Reina de Quito me cambió la vida, la mente, el corazón y despertó en mí a una mujer segura de querer hacer el bien; que dedica su tiempo y conocimiento a algo que lo vale TODO.
Esta experiencia maravillosa de servicio a la ciudad, tuvo y tiene muchísima influencia en mi vivir. La Fundación es un espacio por medio del cual se canalizan grandes ideas.
Mi vida tiene ciertos ejes motores, motivaciones que me inspiran a mirar más allá, a creer que el mundo sí puede ser un lugar mejor y yo soy parte de ese mundo.
La banda y la corona las guardo con orgullo, es solo un recordatorio de lo privilegiada que fui por tener ese año de gratas e inmemorables experiencias,
Sigo vinculada a la Fundación porque me enorgullece pertenecer a una institución en la cual sus miembros trabajan desinteresadamente para aportar con los más necesitados.
La Fundación es un lugar mágico donde las cosas pasan, los sueños se cumplen, los imposibles no existen, las amigas son para siempre, y la ayuda desinteresada es REAL.
la Fundación Reina de Quito, hace un trabajo de hormiguitas, y si la hormiga reina tiene la energía suficiente, eso, obviamente, contagia en el ánimo de todas.
El Reinado fue lamejor universidad de mi vida, le doy gracias a Dios, y a todas las personas que me apoyaron., y mis hijos al saber que su madre y abuela fueron Reinas de Quito.
Es una familia a la que hay que aplaudir… no por la banda, la corona, el glamour sino por el afán de trabajar y la convicción de que con esa labor, la vida se te cambia completamente.
Dios me dio la maravillosa oportunidad de ser electa Reina de Quito, una gran bendición y un gran compromiso de trabajar en la búsqueda de cambios en la sociedad
Quiero agradecer a todas las personas que de una u otra manera colaboraron durante mi año de servicio, a todas las ex Reinas y a todos miembros de la Fundación Reina de Quito.
Llevo más de diez años como voluntaria y espero con toda mi alma ser miembro de ella por muchos años más, ya que forma parte activa de mi vida y de mi familia.
Definí mi año de reinado con las palabras del Premio Nobel de Literatura R. Tagore: “Yo soñaba que la vida era alegría, y vi que la vida era servicio; serví y vi que el servicio era alegría”.
Si hoy tuviera la oportunidad de ser Reina de Quito, trabajaría en la formación de la ética, para generar consciencia y responsabilidad sobre nuestros actos
La Fundación Reina de Quito fue formándose y delineándose a través de todos estos años, apoyando a los proyectos que cada reina tenía durante el año de su reinado.
Somos personas de todas las edades, de diferentes caracteres, líderes, de diferente manera de pensar y de ser, y a pesar de todas estas diferencias nos sentimos totalmente identificadas.
Perdurará en mi corazón gratitud hacia las manos generosas que me apoyaron, porque gracias a ellas recibí sonrisas de los niños, bendiciones de los viejitos… ¡Gracias, Quito!
Mientras fui Reina de Quito aprendí a querer a mi ciudad donde decidí echar raíces, formar mi familia y contribuir en su desarrollo a través de mi profesión y de mi hogar.
Ser Reina me enseñó a conocer la realidad de esta bella ciudad, y la oportunidad de trabajar por varios sectores que requerían ayuda muchas veces emergente.
Realmente un año es muy poco tiempo, felizmente hay una vida por delante y no faltan oportunidades para poder ayudar a quien lo necesita. ¡Lo importante es poder descubrirlas!
Mi incorporación a la Fundación Reina de Quito, fue un paliativo, una sensación angelical, y no dejo de agradecer por todo el aporte cálido y emocional que allí he encontrado
Recuerdo cuando fui elegida por las reclusas del Centro de Rehabilitación Femenina, como “Reina de la Cárcel”, por el trabajo social realizado, con ellas..
Fue un orgullo, definitivamente, ya que una quiere mucho a su ciudad y servirle como Reina fue lo mejor. Durante mi reinado hice mucha ayuda social en forma individual.
Creo que con el granito de arena que cada uno pone se logran cosas maravillosas, miro hacia atrás y veo como empezó y a donde hemos llegado, y me siento feliz y satisfecha.
Desde el primer momento que recibí la corona, supe que tenía un gran reto y con mucha responsabilidad y alegría lo asumí; era un sueño de adolescente hecho realidad.
Estoy segura de que haber sido Reina de Quito me hizo una mujer más humana, más sensible y con una enorme gratitud para quienes me permitieron vivir este reinado.
Dios me dio la maravillosa oportunidad de ser electa Reina de Quito, una gran bendición y un gran compromiso de trabajar en la búsqueda de cambios en la sociedad.
Prometo continuar viviendo “la magia del reinado de Quito,” contribuyendo con un granito de arena, a hacer de nuestro hermoso Quito “La Carita de Dios”, un lugar más justo..
Veo con orgullo que esta iniciativa no solo persiste en sus objetivos, por los que fue creada, sino que se ha agrandado y ha sido imitada en otras ciudades del Ecuador.
Quito es símbolo de la unidad y solidaridad, donde cada día, con ilusión y esmero, se lucha por apoyar a la Reina en su labor social y en sacar adelante los programas de la Fundación
Actualmente no tengo relación con la Fundación, pero siempre estoy pendiente de todo lo que hacen, y felicito con todo mi corazón, porque considero que realmente es una obra maravillosa.